Varios estudios demuestran que los efectos del Los cigarrillos electrónico son mucho menos dañinos para la salud que el cigarrillo convencional.

Se ha rumoreado mucho sobre la posible toxicidad que los cigarrillos electrónicos provocan, pues varios estudios científicos han demostrado que estos riesgos son pequeños o inexistentes.

Igor Burstyn, un investigador de la Universidad de Drexel EEUU, repasó los datos disponibles sobre la química de los aerosoles y los líquidos de los cigarrillos electronicos, y comparó la exposición a los vaporizadores con las normas de seguridad en el trabajo. Todo señalo que no existe ninguna evidencia de que los e-cigarrillos  produzcan exposiciones a la inhalación de los contaminantes del aerosol que supongan problemas de salud, según los estándares que se utilizan para garantizar la seguridad de los lugares de trabajo.

Los vapeadores pasivos no sufren ningún tipo de efecto secundario, puesto que se evapora antes de que les pueda llegar.

Otro estudio, en este caso del Roswell Park Cancer de Buffalo Nueva York, dirigido por Maciej L. Goniewicz, analizó los vapores de los cigarrillos electrónicos en busca de cuatro grupos de compuestos potencialmente tóxicos y cancerígenos: carbonilos , compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas y metales pesados.

Se analizaron 12 marcas de cigarrillos. Los compuestos tóxicos seleccionados se extrajeron de los vapores en fase sólida o líquida y se analizaron con métodos cromatográficos y de espectroscopia.
Se encontró que los vapores de los e-cigarrillos contienen algunas sustancias tóxicas, pero que sus niveles eran entre 9 y 450 veces menores que los del humo de cigarrillo normal.

El tercer estudio que queremos destacar se realizó en un laboratorio Italiano, ABICH, y se analizaron los químicos emitidos al ambiente por los cigarrillos en un entrono de unos 60 metros cúbicos cerrado.

Hicieron la comparación entre el efecto de cinco fumadores normales con el de cinco vapeadores, la sesión duro 5 horas y entre prueba y prueba dejaron pasar 65 horas para que la sala estuviese totalmente ventilada.

Se fumaron 19 cigarrillos normales, que contenían en total 11,4 miligramos de nicotina, mientras que se consumió 1,6 mililitros de líquido de vapeo, que contenía 17,6 mg de nicotina.
El único tóxico producido en ambos casos fue el carbono orgánico total (TOC), cuya concentración era 10 veces menor tras la sesión de vapeo. Los cigarrillos normales produjeron tolueno, xyleno, monóxido de carbono, nicotina, acroleína e hidrocarburos poliaromáticos. Los electrónicos, glicerina.

La conclusión de los tres estudios determina el mismo resultado, que el cigarrillo electrónico es mucho menos dañino que un cigarrillo convencional