Condromalacia rotuliana

 

La condromalacia rotuliana es una lesión deportiva que suele afectar al cartílago posterior de la rótula. Entre algunos de sus orígenes podemos mencionar: desgaste por sobreuso de la flexión de rodilla, anchura de caderas o pisada hacia adentro al andar. En estos casos, lo más recomendable es optar por actividades físicas saludables para tonificación y flexibilidad, mejorando la capacidad cardiovascular, con principio de no realizar flexión de rodilla y trabajar cuádriceps e isquiotibiales de forma isométrica. Además, debemos destacar que la condromalacia rotuliana requiere de ciertas precauciones que debes tener si deseas practicar otro tipo de deporte.

Qué es la condromalacia

La condromalacia es una degeneración de la superficie cartilaginosa existente en la cara posterior de la rótula, resultando por un roce del cóndilo femoral sobre la misma o bien por un crecimiento anómalo del cartílago. También suele recibir el nombre de rodilla del corredor, pues es común entre corredores de atletismo.

Dicha afección, como consecuencia del desgaste, es padecida sobre todo por personas que someten la articulación a esfuerzos regulares y exigentes, frecuentemente encontrada en deportes como el rugby, ciclismo, deportes de frontón, remo, danza clásica, entre otros.

En este sentido, cuando la rodilla se encuentra a un ángulo de 90 grados de flexión, es cuando la rótula, consecuentemente, tiende a sufrir mayor desgaste. Sin embargo, una condromalacia rotuliana no siempre se debe a un desgaste y esfuerzo en ángulos de flexión, pues también puede darse por:

  • Descompensación entre vasto interno y externo, lo que hace que la rodilla gire hacia adentro, la rótula se desplace y a la larga, termine en desgaste.
  • Otras veces puede darse por caderas anchas, que provocan que el fémur gire hacia dentro para andar con los pies alineados, provocando el desplazamiento de la rótula, y esta a su vez, produce un desgaste del cartílago posterior.

Condromalacia y actividad física

La condromalacia rotuliana es una lesión frecuente en deportistas  que someten sus rodillas a intensidades elevadas, trabajo en ángulos cercanos a los 90 grados o deportes con componente importante de fase excéntrica de los cuádriceps (como la frenada en el tenis, fútbol, baloncesto u otros).

Condromalacia rotuliana

Independientemente de la etiología de la lesión, el tratamiento de una condromalacia rotuliana debe encaminarse a:

Fortalecimiento de las estructuras musculares en los alrededores de la rodilla, recomendándose el trabajo isométrico y las cargas con poca flexión. También se recomienda la ganancia de flexibilidad de los músculos que rodean la rodilla, sobre todo los cuádriceps e isquiotibiales. Asimismo, la higiene postural juega un papel fundamental, especialmente evitando las posiciones de máxima flexión.

Condromalacia rotuliana: ejercicios saludables

Tonificación

En las salas de musculación puedes optar por el fortalecimiento del tren superior y la faja abdominal (lumbar y abdominal), siguiendo métodos y sistemas utilizados comúnmente, como en el caso de la contracción isométrica de cuádriceps, así como la contracción isométrica de isquiotibiales.

Aeróbicos

En una piscina, puedes realizar largos en estilo crol y espaldas con Pull entre las piernas, evitando la flexión de las rodillas y trabajando la musculatura de forma isométrica, consiguiendo el objetivo de mejorar tu resistencia y calidad cardiopulmonar.

También están las opciones de ejercicios de flexibilidad de todos los músculos, entrenamiento libre como correr, andar (en superficies blandas), montar en bicicleta (elevando más el sillín para evitar la flexión excesiva), golf, patinaje en línea, entre otras actividades que no supongan estrés y presión a la rótula.

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