
Los trapecios son uno de los músculos más importante del tronco ya que constituyen el enlace entre los brazos y el tronco aportando también soporte al cráneo. Se trata de un grupo muscular situado en la parte superior de la espalda que luce mucho ya que se encuentra en la capa más superficial y externa del área.
Su trabajo es recubrir los músculos posteriores del cuello, la zona que abarca la parte superior de la espalda que comprende entre la cabeza y los hombros además del área entre las escápulas. También une la escápula (entre otras cosas intervienen cuando se sostiene peso sobre la cabeza) a la columna vertebral y domina todo tipo de desplazamiento que acerquen la columna a la escápula. Gracias a que gran parte de estas acciones involucran al músculo serrato mayor se consigue rotar la escápula y con esto aumenta el radio de acción de los brazos.
Por otra parte, los trapecios fijan las escápulas al tronco lo que genera soporte para los brazos compensando la fuerza cuando se trabajan los dorsales y el pectoral. Gracias esta razón también es que los hombros no ceden cuando se les aplica peso lo que significa que los trapecios trabajan siempre que se levanta peso por encima o debajo de la cabeza.
Cuando entrenamos hipertrofia muchas veces se descuida el trabajo de los trapecios por la sencilla razón de que no se sabe dónde incluirlos así que se suele entrenar con los hombros y la espalda. Hay ejercicios que trabajan este músculo de forma indirecta como las elevaciones laterales, el peso muerto y el press militar, pero se recomienda trabajarlo de forma directa no solo por estética sino también para palear descompensaciones musculares y evitar daños físicos.
Entrenamiento definitivo para los trapecios
Encogimientos de hombros
Una forma sencilla de entrenar los trapecios es a través del encogimiento de hombros, este es un ejercicio que puedes realizar con mancuernas o con barra. De pie con los pies separados a la altura de los hombros solo sostén las mancuernas con los brazos a ambos lados del cuerpo y eleva los hombros, los brazos deben estar estirados en todo momento pues su única función es la de soportar el agarre.
Elevaciones frontales con disco
De pie y con las piernas separadas a la altura de los hombros sostén un disco con ambas manos, flexiona ligeramente las rodillas y mantén los brazos estirados. Eleva el peso hasta que supere la altura de tu cabeza y lentamente bájalo a la posición inicial.
Remo al cuello
Este ejercicio suele verse con frecuencia en el gimnasio por lo eficaz y sencillo de su puesta en práctica. Consiste en sostener la barra recta o Z aunque también puedes optar por un par de kettlebells o mancuernas, coloca las manos a una distancia menor que la de los hombros, de pie tira de la barra hacia arriba flexionando los codos a ambos lados del cuerpo. Evita lesiones tratando de no dar impulsos brucos ni tirones durante el movimiento.
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