La adenoides y amígdalas son parte del tejido linfático, el cual sirve de defensa contra infecciones de la vía respiratoria. Por tanto, la hipertrofia adenoidea es el aumento del tamaño  de estas estructuras, generalmente secundario a dichos cuadros infecciosos. Además, este aumento de tamaño altera la dinámica de la vía aérea superior facilitando las infecciones del tipo recurrente de garganta, oídos, sanos paranasales, entre otros. La hipertrofia adenoidea significa que el tejido está hinchado, sin embargo, puede ser algo normal.

La hipertrofia adenoidea clínicamente se caracteriza por la presencia de respiración bucal, rinitis persistente, ronquido durante el sueño, vos apagada y del tipo nasal, mal aliento, tos nocturno. Todo ello se debe al pasaje de secreciones a la vida aérea o por irritación laríngea, puesto que el aire no sigue su curso habitual que son las fosas nasales. Algunos pacientes pueden presentar incluso dificultad respiratoria o pausas respiratorias prolongadas durante el sueño. Mientras otros pueden presentar compromiso cardíaco por sobrecarga en el trabajo del corazón.

Síntomas de la hipertrofia adenoidea

Las personas con Hipertrofia adenoidea, generalmente respiran por medio de la boca ya que la nariz está bloqueada. Sin embargo, la respiración por la boca se origina principalmente en la noche, pero puede estar presente durante el día. La respiración por la boca puede llevar a que se presenten los siguientes síntomas:

–          Respiración con la boca abierta todo el tiempo.

–          Ronquidos mientras se duerme.

–          Timbre de voz característico, al tener la nariz tapada.

–          Mal aliento por las mañanas, labios cuarteados, sequedad de boca.

–          Congestión nasal y moqueo persistentes.

–          Infecciones de oídos (otitis) repetidas.

–          Inquietud durante el sueño con somnolencia diurna.

–          Pausas sin respirar (apnea) durante el sueño.

Hipertrofia adenoidea: causas y síntomas

La hipertrofia adenoidea no se pude visualizar por observación directa en la boca. El médico las puede ver a través del uso de un espejo especial o introduciendo una sonda flexible llamada endoscopio, puesta por medio de la nariz. El diagnóstico de la hipertrofia adenoidea es fundamentalmente clínico, entre las pruebas que se pueden hacer están:

1. Nasofaringoscopia: este es de gran valor y fiabilidad. Las vegetaciones sólo se pueden ver por medio de un espejo especial o con un aparato a través de la nariz. De hecho, existen grandes limitaciones en pacientes por falta de colaboración,

2. Radiografía lateral de Cavum: en esta caso se observa la vista lateral de la garganta, por lo que sólo se realiza adenoidea severas.

3. Estudios de la apnea del sueño: esto se realiza sólo en casos severos, para así valorar la existencia y la intensidad de los episodios de apnea. Además, se realiza en casos dudosos y en niños mayores.

Muchas de las personas que padecen de hipertrofia adenoidea tienen pocos o ningún síntoma y es posible que no necesiten de tratamientos. Ahora bien, si se presenta una infección, el médico puede recetar antibióticos aerosoles nasales con esteroides. Sin embargo, la cirugía de hipertrofia adenoidea se puede hacer sólo si lo síntomas son graves o persistentes.

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