La alcachofa es conocida como una hortaliza muy antigua que cuenta con componentes muy positivos para la salud. Se caracteriza por la presencia de inulina, un carbohidrato que se metaboliza lentamente en el organismo por lo que resulta beneficios en casos de diabetes, además, es rica en fibra, lo que ayuda a reducir la glucosa en sangre, a controlar los niveles de colesterol sanguíneo t a proteger contra el estreñimiento. Posee minerales como fósforo, hierro, magnesio, calcio y potasio y vitaminas B1, niacina y vitamina C, fuerte en acción antioxidante.
La alcachofa tan sólo tiene de 40 a 50 calorías, motivo por el que se emplea con frecuencia en dietas de adelgazamiento. Entre sus propiedades más destacadas de esta hortaliza está la protección que ofrece al hígado, así como la recuperación en caso de enfermedades hepáticas como la cirrosis o la hepatitis. También es beneficiosa para la función biliar, los ácidos de este vegetal reducen el nivel de colesterol en la sangre y previene la aparición de la arterosclerosis.
Efectos secundarios y contraindicaciones
Aunque está claro que la alcachofa tiene varias ventajas, hay que tener presente algunas contraindicaciones y efectos secundarios de la misma. Entre los más comunes se encuentra la hipersensibilidad que tienen algunas personas hacia esta hortaliza. En caso de obstrucción biliar, la alcachofa está especialmente contraindicada, además, hay que tener precaución al utilizarla cuando exista litiasis biliar, debido a que sus efectos colagogos y coleréticos pueden originar cólicos biliares.
Durante la lactancia no es bueno consumir alcachofa ya que al parecer disminuye la secreción de leche, además de darle un sabor desagradable a la misma. Aunque es importante destacar es que este vegetal tienen menos de 1% de grasa y poca cantidad de hidratos y proteínas, por lo que su valor calórico es muy bajo, alrededor de 22 calorías por casa 100gramos.
Cómo se puede consumir la alcachofa
Además de incorporarla en recetas de cocina como en ensaladas, gratinadas, con vegetales, entre otros, se puede preparar un té de alcachofa. Es ideal para ser consumido después de los alimentos o en ayunas, al hacer esto se toma provecho de sus efectos digestivos. Aunque también se puede ingerir en cápsulas o pastillas ya que son producidas a partir de extractos de las hojas, de donde de consiguen los principales nutrientes destinados a perder peso. Por otra parte, su efecto facilitador de la alcachofa en la digestión de las grasas se confunde frecuentemente con un supuesto “rol quema grasas” lo cual no es verídico.
La alcachofa sólo ayuda a digerir las grasas, pero no promueve lipólisis y sí tiene un efecto depurativo. Si la alimentación es rica en grasas y azúcares es probable que nunca se gane en salud aún comiendo alcachofas. Por tal razón, se recomienda tomar 3 tazas diarias de alcachofa 30 minutos antes de cada comida, está es igual a cualquier otra infusión, debido a que puede presentar contraindicaciones o efectos secundarios que hay que tener en cuenta. Ante cualquier inquietud, no hay que dudar en consultar al médico.
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