
La lactosa es el azúcar que puedes encontrar naturalmente en la leche. Para su digestión, el organismo humano necesita de la enzima llamada lactasa, misma que es producida normalmente en la mucosa intestinal, y que transforma la lactosa en unidades más pequeñas. En relación a la lactosa, también es posible encontrar ciertos inconvenientes, como en el caso de la intolerancia a la lactosa.
Qué es la lactosa
La lactosa es un disacárido formado por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa. Al formarse el enlace entre dos monosacáridos se desprende una molécula de agua. Además, este compuesto posee el hidroxilo hemiacetálico, por lo que da la reacción de Benedict, es decir reductor.
A la lactosa también se le denomina azúcar de la leche, debido a que aparece en la leche de las hembras de los mamíferos en una proporción del 4 al 5%; por ejemplo, la leche de camella es rica en lactosa. En humanos, es necesaria la presencia de la enzima lactasa para una correcta absorción de lactosa. Cuando el organismo no puede asimilar adecuadamente la lactosa, aparecen molestias con un origen denominado intolerancia a la lactosa.
La intolerancia a la lactosa se debe a la disminución o ausencia de lactasa en el conducto digestivo. La causa de intolerancia a la lactosa puede ser congénita, por un error del metabolismo bastante raro, en el que la lactasa falta desde el nacimiento, o adquirida. En este último caso, puede ser parcial o total, pudiendo iniciarse en la infancia, adolescencia o en edad adulta.
Datos importantes de la lactosa
La intolerancia a la lactosa adquirida puede deberse a una disminución progresiva de lactasa en las células de la mucosa intestinal, a partir de los dos o tres años de edad, sin que se conozca causa aparente o como consecuencia de una agresión a la mucosa intestinal por un virus, bacterias, antibióticos o quimioterapia, diarreas infecciosas, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, enfermedad celíaca, ingesta de alcohol en exceso, entre otros.
Los síntomas de intolerancia a la lactosa suelen aparecer de los 30 minutos a las 2 horas después de haber ingerido alimentos que contengan lactosa, generalmente acompañados de flatulencias, cólicos intestinales y diarreas. Los síntomas pueden desaparecer entre 3 a 6 horas más tarde. Esto se debe a que la lactosa no digerida en el intestino delgado pasa al intestino grueso y es fermentada por bacterias de la flora intestinal, produciendo hidrógeno y otros gases.
Entonces, cuando la ausencia de lactasa impide o dificulta la asimilación adecuada de lactosa en el organismo, se produce un cuadro clínico representativo como una manifestación a dicha incapacidad de responder como correspondiese a su presencia dentro del conducto digestivo.
Signos y síntomas de intolerancia a la lactosa
La sintomatología de la intolerancia a la lactosa suele aparecer tras la ingesta de los productos lácteos o alimentos que los contengan en su composición. Según sea el nivel de deficiencia de lactasa, así como la cantidad de alimento ingerido, la seriedad y cantidad de síntomas pueden variar de una persona a otra, incluso, en diferentes situaciones.
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