Serotonina, ¿qué es y para qué sirve?

La serotonina es un neurotransmisor del sistema nervioso, es decir, se trata de una sustancia química producida por las neuronas para comunicarse entre sí. Por ejemplo, cuando una cierta neurona envía un mensaje a otra lo hace mediante una región especializada de ambas neuronas denominada sinapsis; de esta forma, las neuronas se comunican despachándose un correo químico con moléculas de neurotransmisor.

La serotonina también interviene en la inhibición del enfado, en la inhibición de la agresión, en la regulación del humor, en la regulación del sueño, en el equilibrio del deseo sexual, en el apetito a través de la saciedad, y sobre todo, debemos resaltar algo fundamental de la serotonina: que es la hormona encargada de aumentar la autoestima y el bienestar.

Pese a que a través de la sangre es posible medir los niveles de serotonina, este método puede dar poca información de lo que ocurre en el cerebro debido a que ambos espacios (el cerebro y el resto del cuerpo) se encuentran separados por la barrera hepato-encefálica, que es una especie de ‘frontera’ muy selectiva que no permite el paso de cualquier sustancia hacia el cerebro. Además, un grupo de sustancias que tiene limitación de entrar a dicha zona es precisamente el de los neurotransmisores de la periferia, puesto que el cerebro fabrica los propios y no permite la ‘competencia exterior’, pues generaría un efecto poco específico sobre las señales químicas.

Cabe mencionar, la serotonina es una hormona generada a partir del triptófano, un aminoácido esencial, que puede ser obtenido a través de la dieta, especialmente en alimentos como el maíz, plátano y leguminosas; porque no lo fabrica el cuerpo. Cuando la serotonina cerebral es producida, cuenta con un importante papel en diversos campos; de esta forma, se encarga de modular el funcionamiento de otras neuronas, regula el apetito, entre otros.

Asímismo, el déficit de serotonina puede relacionarse directamente con la depresión. Por este motivo, muchos de los productos antidepresivos se ocupan fundamentalmente de regular los niveles de serotonina. Por ejemplo, el famoso Prozac es uno de ellos. También debemos resaltar que los niveles de serotonina en sangre no son constantes, pueden aumentar al atardecer, y permanecer elevados hasta el amanecer.

Otro dato importante, es que la serotonina es producida en un 50% más en hombres que en mujeres, por lo que ellas son más susceptibles a los cambios en los niveles de serotonina. Incluso, diferentes estudios han relacionado la depresión postparto y el síndrome premenstrual con los niveles bajos de serotonina.

Para sintetizar la serotonina, es necesario el aminoácido triptófano, así como también la vitamina B6. El organismo humano no puede fabricar triptófano, por lo que es necesaria su administración en la dieta o como complemento alimenticio. Entre las fuentes naturales de este aminoácido esencial podemos mencionar: el pescado, el pollo, la leche, la soja o las nueces.

Conclusiones

En términos generales, podemos decir que la serotonina es una hormona capaz de hacerte sentir bien, pues el sistema nervioso central depende de los niveles equilibrados de serotonina para poder permitir que el cuerpo funcione de forma óptima. Esto resulta muy importante en situaciones donde se necesita evitar la depresión, ansiedad, pánico, trastornos de bipolaridad, jaquecas, entre otros.

Entre las funciones en las que actúa de forma directa la serotonina, podemos destacar la regulación del deseo sexual, mantenimiento de la vigilia, la modulación de la ansiedad y de la agresividad, además de ser contribuyente en la coordinación de la producción de hormonas, siendo una de ellas la melatonina.