Parece extraño cuando una persona que realiza actividades físicas con frecuencia no pierde peso o se estanca. Este problema sucede más de lo que puedes imaginarte, pero debes sacar de tu mente la relación intrínseca que crees que existe entre el entrenamiento y la pérdida de peso. El ejercicio favorece al incremento del gasto energético, por tanto, permite quemar grasas y adelgazar, por ello parece lógico que el ejercicio acaba reflejándose en la báscula de unos kilos menos, sin embargo, siempre sucede de esta forma.
Para cumplir tu objetivo de adelgazar, es necesario que cumplas una serie de condiciones que a la larga te permiten obtener grandes resultados. No todas las personas responden por igual cuando comienzan a hacer ejercicio, hay quienes responden muy bien y adelgazan con facilidad sin tener que variar el hábito de sus alimentos. Por otra parte, existan aquellos individuos que por desgracia no les ocurre los mismo y no sólo no adelgazan, sino incluso terminan engordando.
Practicar ejercicio hace la combinación de entrenamiento que debe ser adecuado a tus necesidades y objetivos. Debes tener en mente que a tu cuerpo le gusta las novedades, las cosas diferentes, así que la duración, conque realizas la actividad física son factores básicos al momento de lograr tus propósitos. Además, la pérdida de peso también está relacionada con el plan de alimentario que tengas ya que debe ser personalizado.
Causas que no te permiten adelgazar
Existen diferentes causas al momento de adelgazar, una de ellas puede ser que la actividad que realizas es excesivamente suave, por lo que el esfuerzo realizado no aumenta de forma significativa tu gasto energético. Cuando surge el estancamiento, generalmente pierdes las primeras libras rápidamente y luego el proceso se vuelve más lento. Sin embargo, la perseverancia y la paciencia son el punto clave para superar esta etapa y lograr tu objetivo de adelgazar, sin provocar daños a tu cuerpo.
Tu cuerpo es perfecto por lo que reacciona a los estímulos que tengas con él. Sólo tienes que entender que deben existir buenos hábitos que traigan resultados. Cabe mencionar que el ejercicio puede despertar tu apetito, pero también te lo puede quitar, pero es frecuente que al pasar del sedentarismo al ser más activo tengas más apetito y tiendas a comer más de lo normal.
Otra situación habitual y totalmente producente al momento de no adelgazar es que la práctica del ejercicio lo tomes como una excusa o un atenuante para consumir mayores cantidades o darte el capricho de ingerir o beber alguna que otra tentación, sólo porque ya has quemado calorías y haber bajado algunos kilos. Al adoptar esta actitud puedes ingerir más calorías que las gastadas durante el ejercicio, tirando por la borda todo el esfuerzo realizado.
Ahora ya lo sabes, si quieres adelgazar, en realidad cualquier actividad física puede incrementar tu gasto energético y es válida para adelgazar. Lo importante en este caso es elegir aquellos ejercicios que mejor se adapten a tus características, necesidades, lo principal es moverte y tener una actitud positiva para que inicies tu día con éxito. No dejes que la pereza te gane, inicia hoy mismo a hacer ejercicios y a tener una dieta saludable y equilibrada.
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