El lumbago o lumbalgia se caracteriza por un dolor en la zona baja de la espalda, que se produce generalmente por un movimiento giratorio y repentino e incontrolado del tronco. Incluso la mayoría de personas que padece de lumbago se llega a recuperar en un tiempo no mayor de quince días. Sin embargo, si el daño es originado en los músculos, en los ligamentos o en el disco intervertebral, la curación puede tarde más tiempo de lo previsto. El lumbago es uno de los síntomas más frecuentes que padece el ser humano a lo largo de la vida.
El lumbago puede ser agudo si el dolor dura unos días o crónico si permanece más de tres meses. Entre sus causas están: tensión muscular, desgarros musculares y ligamentosos, hernias o potrusión del disco intervertebral, artritis o artrosis. De hecho, estas afecciones las suele propiciar la mala forma física o inactiva, los trabajos que sobrecargan la zona lumbar, estar demasiado tiempo de pie o sentado o realizar movimiento indebidos de forma brusca.
Clasificación del lumbago
Los lumbagos se pueden clasificar de diversas maneras tales como:
1. Lumbago agudo: es un dolor lumbar, de aparición brusca e intensa. En general, en relación a un esfuerzo importante, se acompaña de contractura muscular paravertebral y rigidez vertebral. Provoca incapacidad parcial o total, no hay compromiso neurológico y se recupera en la gran mayoría de los casos en menos de 15 días, con o sin tratamiento médico. Puede repetirse varias veces con las mismas características, dejando lapsos sin dolor, conformando una variante denominada lumbago agudo recidivante.
2. Lumbago crónico: se caracteriza por dolor en la región lumbar, que puede o no irradiarse al dorso y a los glúteos. Es de comienzo insidioso, muchas veces sin causa conocida. Se asocia a vicios posturales, exceso de peso, alteraciones de la columna, alteraciones psíquicas, laborales, familiares, patologías asociadas, infecciosas, del mesénquima, metabólico, tumoral, etc.
En muchos de estos casos es necesario un enfoque terapéutico multidisciplinario que comprende médicos traumatólogos, reumatólogos, neurólogos, psiquiatras asistente social, terapeuta ocupacional, psicólogo, kinesiólogo, etc.
Tratamiento y prevención
El lumbago se presenta con síntomas como: dolor en la zona, irradiación del dolor a zonas inferiores, contracturas musculares y limitación de movilidad. Ahora bien, si los síntomas son fuertes y se complementan con fiebre es necesario acudir al médico lo antes posible. Pero cuando el dolor es agudo lo normar es mantener reposo en cama durante uno o dos días, para calmar el dolor antiinflamatorio y analgésicos recetados por el médico vendrán muy bien. En cuanto al tratamiento fisioterapéutico se pueden realizar masajes, electroterapia analgésica, calor, osteopatía y técnicas en general que disminuyan el dolor y mejoren la situación del paciente.
De hecho, cuando se supera la fase aguda, se recomienda una tabla de ejercicio para tonificar la zona muscular. También hay que utilizar calzado con poco tacón, sillas y mesas ergonómicas, evitar estar sentados o parados durante mucho tiempo, dormir de medio lado con una almohada entre las piernas o evitar la obesidad, que son algunas medidas para la prevención y no recaer. Pero lo más importante ante cualquier indicio que indique lumbalgia, no hay que realizar trabajos que comprometan la espalda.
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