Alergia alimentaria

 

¿Qué es la alergia alimentaria? Esta es una respuesta inmunitaria exagerada por el consumo de un determinado alimento en particular. En este caso, es importante diferenciar una alergia alimentaria de la intolerancia alimentaria, que no es una reacción alérgica, pero constituye un efecto indeseable producido por la ingesta de ciertos alimentos. En este sentido, los alimentos que, con mayor frecuencia, pueden presentar una alergia son la leche, los huevos, el marisco, las nueces, el trigo, los cacahuete (maní), la soja, el chocolate, entre otros.

Causas de la alergia alimentaria

La respuesta inmunitaria del cuerpo protege al mismo contra sustancias que pueden resultar potencialmente nocivas, ya sean bacterias, virus o toxinas. Sin embargo, existen personas que tienden a desarrollar esta respuesta inmunitaria ante la ingesta de determinados alimentos. Cuando esto sucede, el sistema inmunológico libera sustancias que provocan los síntomas de la alergia alimentaria. Las alergias alimentarias más comunes son con respecto a los siguientes alimentos:

  • Huevos: especialmente en niños.
  • Pescado: niños mayores y adultos.
  • Leche: principalmente en niños.
  • Cacahuetes: personas de todas las edades.
  • Mariscos como camarón, cangrejo y langosta: personas de todas edades.
  • Soja o soya: principalmente niños.
  • Frutos secos: personas de todas las edades.
  • Trigo: principalmente en niños.

Los aditivos alimentarios, como en el caso de colorantes, espesantes y conservantes, muy pocas veces pueden ocasionar una alergia alimentaria o reacción de intolerancia. También existen algunas personas que tienen un síndrome de alergia que afecta a la boca y lengua tras ingerir ciertas frutas y verduras frescas.

Síntomas de la alergia alimentaria

Los primeros signos de una alergia alimentaria suelen aparecer en las dos horas posteriores a la ingesta del alimento. Entre estos síntomas principales están la urticaria, una voz ronca y las sibilancias. Otros síntomas pueden ser: el dolor abdominal, diarrea, picor en la boca, garganta, ojos, piel u otra área; dificultad para deglutir, mareos, desmayo, náuseas, congestión nasal, hinchazón de los párpados, cara, labios y lengua, vómitos, cólicos, dificultad para respirar.

Alergia alimentaria

Diagnóstico de la alergia alimentaria

Las pruebas cutáneas en algunos casos permiten diagnosticar una alergia alimentaria. Un resultado positivo no debe significar, necesariamente, que una persona es alérgica a un alimento en particular, pero un resultado negativo señala que es improbable que esa persona sea sensible ante dicho alimento. Tras un resultado positivo en una prueba cutánea, el alergólogo puede requerir realizar una prueba oral para llegar al diagnóstico concluyente.

En una prueba de provocación oral, el alimento sospechoso se oculta en otra sustancia, como leche o compota de manzana, y el paciente lo ingiere. Si no aparecen síntomas, la persona no es alérgica a dicho alimento. Las mejores pruebas son las ‘pruebas ciegas’, es decir, en ocasiones el alimento en cuestión está mezclado con otra sustancia, y otras veces no. De este modo, el médico puede conocer con seguridad si el paciente presenta alergia a ese alimento en especial.

Una dieta de eliminación puede ayudar a identificar la causa de una alergia. En este caso, la persona deja de ingerir los alimentos que, presumiblemente, están provocando los síntomas. Más tarde, empieza a introducirlos a la dieta de uno en uno hasta conocer cuál es el alimento en especial que ocasione estas reacciones.

Tratamiento para la alergia alimentaria

El único tratamiento comprobado para una alergia alimentaria es precisamente evitar el consumo del alimento en cuestión. No se ha demostrado claramente que otros tratamientos, entre ellos vacunas antialérgicas y probióticos, puedan ayudar con las alergias alimentarias.

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